Comisiones Obreras del País Valenciano | 22 noviembre 2024.

40 aniversario de «la batalla de Sagunto»

  • Artículo de Pere J. Beneyto, presidente de la Fundació d'Estudis i Iniciatives Sociolaborals (FEIS).

El factor clave en la batalla de Sagunto fue la resistencia obrera en defensa del empleo y los derechos laborales, sostenida durante una larga campaña coral de movilizaciones que evolucionaría desde la oposición reactiva al cierre de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM) a la negociación y defensa proactiva del empleo y los derechos de sus trabajadores.

07/10/2024.
Pere Beneyto

Pere Beneyto

A las 23:30 horas del día 5 de octubre de 1984 el alto horno nº 3, que aún seguía en funcionamiento en la factoría siderúrgica de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM), realizó su última colada de acero, poniendo así fin a un modelo de actividad industrial que desde principio del siglo XX había configurado al Puerto de Sagunto como una gran ciudad-fábrica, escenario en los dos últimos años del más importantes conflictos laboral de nuestra historia.

Cuando se cumplen ahora 40 años de aquella crisis se han programado diversas actividades, desde publicaciones y exposiciones fotográficas a jornadas institucionales dedicadas a analizar sus causas, desarrollo y posterior impacto en la sociedad saguntina atendiendo, en cada caso, a su dimensión económica, social, política e, incluso, simbólica.

Con todo, el factor clave en la batalla de Sagunto fue la resistencia obrera en defensa del empleo y los derechos laborales, sostenida durante una larga campaña coral de movilizaciones que evolucionaría desde la oposición reactiva al cierre de AHM a la negociación y defensa proactiva del empleo y los derechos de sus trabajadores, en un ejercicio de dignidad de clase que en ocasiones alcanzó niveles de epopeya social y ha permanecido hasta hoy en la memoria colectiva de Puerto de Sagunto.

El conflicto se inició el 4 de febrero de 1983, en protesta por las primeras amenazas de cierre de la empresa, y se prolongó durante los siguientes 14 meses en los que se registraron 24 huelgas en la factoría y 9 en el conjunto de la comarca del Camp de Morvedre, 11 grandes manifestaciones en Valencia y 7 marchas a Madrid, presentación de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) avalada por 700.000 firmas, asambleas multitudinarias en el campo de fútbol, retenciones de directivos de la empresa y de parlamentarios autonómicos, cortes de carreteras y vías férreas, etc.

Agotada la fase de confrontación reactiva, ante la inamovible decisión gubernamental de cierre de la factoría, el Comité de Empresa planteó un giro estratégico de carácter propositivo en busca de una salida negociada al conflicto que se concretaría en el preacuerdo firmado el 4 de abril de 1984, por el que se fijaba el cierre definitivo de la cabecera de AHM a cambio de la creación por el Instituto Nacional de Industria (INI) de 2.100 puestos de trabajo en la comarca, jubilaciones voluntarias para los mayores de 55 años con mantenimiento de sus derechos acumulados y la constitución de un Fondo de Promoción de Empleo para la recolocación del personal excedente.

Tras un amplio debate, no exento de tensiones intrasindicales, el acuerdo fue aprobado por la plantilla de AHM en referéndum celebrado el 10 de abril por 2.157 votos a favor, 1.033 en contra y 104 blancos o nulos. Se cerraba así, con una ejemplar demostración de democracia obrera, el mayor ciclo de protesta, movilización y propuestas de los trabajadores valencianos al tiempo que se abría una nueva etapa en la que, mientras se mantenía el seguimiento y aplicación de lo acordado, aumentaba la sensación de incertidumbre ante el futuro del empleo, la economía y los proyectos, individuales y colectivos, de la población de aquel puerto de acero que había nacido y crecido con (y, en ocasiones, contra) la fábrica.

Pese a todo, el desenlace del proceso puso de manifiesto que sin la larga lucha de los trabajadores de AHM y del pueblo saguntino el contenido y posterior cumplimiento de aquel acuerdo de abril no hubieran sido los mismos, pues cuando se inició el conflicto el plan gubernamental se limitaba al cierre de la cabecera y desmantelamiento de las instalaciones, sin incluir compromisos de empleo alternativo ni proyectos de reindustrialización como los que, cuarenta años después, han reactivado la economía, el trabajo y la vida del Puerto de Sagunto.