Comisiones Obreras del País Valenciano | 23 enero 2025.

Nadie debería perder la vida por ir a trabajar

  • Artículo de Nuria Lázaro, secretaria de Salud Laboral de CCOO PV

Cincuenta y tres días han pasado desde que la dana arrasó Valencia. Un fenómeno imparable, nunca antes visto, que se llevó consigo la vida de centenares de personas que no tuvieron escapatoria y cuyo final se precipitó irremediablemente.

23/12/2024.
Nuria Lázaro, secretaria Salud Laboral CCOO PV

Nuria Lázaro, secretaria Salud Laboral CCOO PV

La provincia de Valencia se ha visto ensombrecida por una catástrofe natural que en un solo día dio paso a un escenario dantesco, dejando patente, entre otras cosas, que cuando se venía alertando sobre la necesidad de combatir el cambio climático no se exageraba lo más mínimo.

Hemos llegado incluso a escuchar afirmaciones que pretendían banalizar las consecuencias de la emergencia climática, intentando que la gente pensara que este tipo de fenómenos se producirían en latitudes lejanas, por aquello de que si pasa lejos no tenemos de qué preocuparnos. “Esto ha pasado toda la vida”; “vaya novedad que haga mucho frío, mucho calor o que llueva a raudales”, son todavía lugares comunes aun a sabiendas de que existían informes del Comité de Expertos ante el Cambio Climático de la ONU, que señalaban a nuestro país como una de las áreas donde los impactos ya se estaban produciendo de manera muy virulenta.

Pues bien, la realidad se ha impuesto y todas esas afirmaciones que tan alegremente se vertían han dado paso a la destrucción y la desolación. Y lo que sí que no admite de negacionismos es que la dana se ha llevado consigo la vida de 223 personas. Esto es algo que ya no podemos evitar.

Como tampoco es reparable la muerte, en menos de dos meses desde el pasado 29 de octubre, de seis personas trabajadoras en el País Valenciano. Un trabajador que se encontraba realizando labores propias de inspección, limpieza y recuperación en el colegio Lluís Vives de Massanassa, uno de esos héroes anónimos que contribuye a que la gente pueda volver a la rutina en localidades afectadas, ya no volverá a su casa. Tres personas trabajadoras que prestaban sus servicios en una empresa en la localidad de Ibi, donde se produjo la explosión de una caldera, ya no volverán a sus casas. Tampoco lo hará el trabajador que sufrió un aplastamiento mientras se encontraba en jornada laboral en una empresa de la localidad de Chiva. Ni la persona que sufrió una caída desde un tejado en Beniparrell. Ninguna de ellas debería haber perdido su vida por el simple hecho de ir a trabajar.

Nos hemos dotado de legislación y contamos con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que, además, es de obligado cumplimiento, como también lo es velar por la seguridad de las personas empleadas. Aplicar la normativa vigente resulta imprescindible si queremos evitar y minimizar los riesgos derivados del trabajo.

Por eso, es de vital importancia que en ningún caso se antepongan los intereses económicos a la vida de las personas. Porque somos conscientes de que invertir en prevención es contribuir a que no se produzcan más muertes fácilmente evitables. Y esto debe ser una cuestión de todos y todas. Prevenir para no tener que lamentar. Porque las personas trabajadoras merecemos empleos seguros y libres de riesgos.